22/09/2014. “¿Dónde habéis buscado a este cantaor tan chiquitito? Tú eres de Utrera, claro, esa es la cuna. En Utrera sois cantaores de cuna, por eso Gaspar (de Utrera) y tú sois tan chiquititos”. Con esta ironía cómica -propia de alguien que sabe distinguir nuestro “ange”- recibió el maestro Paco de Lucía a un jovencito llamado Rafael Usero Vilchez en el aeropuerto internacional de Washington una fría mañana de febrero de 2001.
Doce años más uno -que somos flamencos- después de aquel encuentro, Rafael de Utrera es un cantaor consolidado que está alcanzando su madurez artística y personal. Algo muy bueno tendrá su cante para que los mejores del baile y la guitarra lo llamen sistemáticamente para trabajar con ellos. Desde Cristina Hoyos, que le abrió las puertas del Ballet Flamenco de Andalucía cuando más necesitaba un empujón, y otras figuras del baile como Joaquín Cortés, Israel Galván, Farruquito, Eva Yerbabuena, Carmen Cortés o Manuela Carrasco, hasta los más destacados guitarristas del momento como Tomatito, Gerardo Núñez, José Antonio Rodríguez o su actualmente asiduo compañero artístico y director musical Vicente Amigo. Este cantaor ha sabido combinar el sabor añejo de su tierra con un gran dominio técnico del cante y un largo repertorio. Ahora comienza a labrarse una carrera en solitario, con el aval de un brillante currículo de cantaor acompañante de primeras figuras. El reto es ahora despojarse de la etiqueta de cantaor de atrás, pero con humildad y sin prisas, pues sabe que el cante flamenco es una carrera de fondo: “¡Si yo a los dieciocho años todavía estaba trabajando de camarero!", manifiesta con su natural timidez. Declara que "sigue buscando e indagando" para ofrecer un cante flamenco que, sin renunciar a la base, exponga personalidad y amplitud de miras, pues "la pureza está en lo que cada uno sienta".
La Bienal de Flamenco de Sevilla, que se inició el pasado día 12, está dedicada a la memoria de Paco de Lucía, y por este motivo ha programado, en colaboración con otras entidades públicas y privadas, un encuentro para honrar al artista y con la intención de analizar su larga y memorable trayectoria.
"Fuente y Caudal", como el título de uno de sus discos más célebres y como lema genérico de su vida y de su legado. es el nombre elegido para las jornadas que recorrerán la vida y obra del genio de la sonanta. Este I Simposio Internacional sobre el artista de Algeciras, que tendrá lugar desde el 22 al 26 de septiembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos (FIBES). reunirá a familiares, amigos y personalidades del flamenco para analizar la figura personal y profesional de Paco de Lucía, fallecido el pasado mes de febrero y considerado uno de los mejores guitarristas de mundo y estandarte del flamenco. Más de cincuenta voces autorizadas, a lo largo de diversas intervenciones y mesas redondas, irán componiendo la remembranza de diferentes aspectos de la peripecia vital y creativa de Paco. Serán, en cierta forma, como las teselas de un mosaico que, a partir de recuerdos personales, vayan dibujando el retrato del artista y de la persona.
El escritor Juan José Téllez, a la sazón director del Centro Andaluz de las Letras y autor de dos libros sobre su paisano algecireño, asumirá las funciones
de comisario del Simposio. En la amplísima nómina de personajes que reconstruirán con sus testimonios la figura de Paco de Lucía se incluyen voces tan dispares y relevantes como las de su hermano Pepe de Lucía, Antonio Fernández “Fosforito”, Tomatito, Vicente Amigo, Cristina Hoyos, Juan Peña El Lebrijano, Ricardo Pachón, Dolores Montoya La Chispa, Kiko Veneno, José Manuel Soto o Fernando Iwasaki. El simposio analizará la relación de Paco de Lucía con Camarón, con Algeciras, con su instrumento, con su entorno, con el cante, con la historia, con otros mundos y otros estilos musicales ajenos al flamenco... La variedad de prismas atiende quizá a que nunca un genio tuvo tantos y tantos amigos como él.
Y entre ellos podemos incluir a aquel joven “chiquitito” de Utrera, esa “cuna” del cante que Paco tanto apreciaba porque en aquellos memorables tablaos madrileños meció las cuerdas de su guitarra con Fernanda y Bernarda, con Enrique, con Curro, con Pepa, con Gaspar, con Bambino, con Turronero..., que aterrizó “asustado” en Washington tres días antes de comenzar una gira mundial en la que recorrerían Estados Unidos, Canadá, Alaska, Asia y Europa durante un año en el que el famoso Septeto de Paco de Lucía -con músicos de la talla del maestro De Lucía, su hermano Ramón de Algeciras, José María Banderas, Carles Benavent, Jorge Pardo, Rubén Dantas, Joaquín Grilo y el mismo Rafael de Utrera- realizó su última gira protagonizando casi cien conciertos actuando en teatros repletos de público, con cuatro o cinco mil espectadores.
Para Rafael de Utrera la cima de su carrera artística sigue estando en aquella gira con el genio algecireño, experiencia que aún recuerda con emoción y nostalgia. Para él, su colaboración con Paco de Lucía “ha sido lo más fuerte que me ha ocurrido. No estaba ni en mis sueños. Yo aprendí de Paco increíblemente, sobre todo, de su personalidad, de cómo era de buena gente. Era mejor persona que guitarrista. No me esperaba que fuera de esa manera tan diferente a todos. Si a él ya le habían cantado todos los mejores, ¿qué iba a hacer yo? Al contrario, siempre estaba pendiente de mí, animándome. Yo me he quedado tocado. Todavía estoy intentando superar esas secuelas, recuperarme. Me lo quiero quitar de la cabeza, no me gusta ni hablar de ello. Me lo he llevado yo para mí, así que estoy orgullosísimo. Ha sido lo más grande que me ha pasado. Sin palabras.”
También se refiere Rafael de Utrera a la profesionalidad y a la exigencia que imponía Paco en su trabajo: “Con él tuve que cantar en unos tonos muy altos porque sus conciertos estaban montados para cantaores como Duquende y Pepe de Lucía. No dio tiempo a cambiar, pero la verdad es que me enseñó mucho. Al cantar más alto de la cuenta, se me ha abrió la voz más, me dejó con la voz como más hecha, como más cuajada, como con más presencia. Esto se lo debo a Paco de Lucía... y el tiempo, pues la voz se va curtiendo. He de decir que siempre canté con él, y con los siete monstruos que llevaba al lado, muy nervioso, muy cagado. La primera gala me metí en el cuarto de baño llorando y diciendo "yo me retiro, esto no es lo mío". Pasé mucho miedo, pero fue bonito a la vez. Ojalá todas las fatigas fueran así. Claro, intentar ponerte a la altura
de ellos es muy difícil. Llegué a Washington la primera vez, sin ensayar, sin conocerlo... Ponte a cantar ahí. Eso es muy fuerte”. Y el cantaor no olvida la sorpresa que para algunos supuso su elección por parte del maestro y las dudas que sobre su condición cantaora quisieron sembrar entonces: “Mucha gente dijo que yo no me merecía estar con Paco y cosas aún peores, ya se sabe el morbo que crean esas cosas. Él confió en mí y para mí fue lo máximo. Lo que me digan los demás no me preocupa. No me interesan estos comentarios. En el flamenco debería haber más unión de todos, ser más personas. Paco era para mí, y creo que para todos los aficionados al flamenco, un dios, por eso tuve esa mezcla de miedo, impaciencia, respeto, y todo junto. Nunca soñé que podría cantarle al mejor guitarrista de todos los tiempos, por eso creo que este fue el mejor premio que podían darme. Esto lo compensó todo, de verdad, fue algo increíble”.
Rafael afirma que el maestro era un gran hombre, con un enorme talento, pero a la vez de lo más humilde y sencillo. Recuerda que al final de los conciertos siempre les preguntaba: "¿Cómo lo he hecho, he tocado bien?”.
Además, el cantaor utrerano tuvo la fortuna que las vivencias y actuaciones de su inolvidable gira mundial fueran inmortalizadas en el documental “Francisco Sánchez:Paco de Lucía” (2002), una coproducción de Televisión Española y la cadena franco-alemana Arte.
Este íntimo y duradero encuentro con el genio del toque ha propiciado la invitación que la organización de este I Simposio Internacional en honor de Paco de Lucía ha realizado al cantaor Rafael de Utrera. Su intervención tendrá lugar el próximo martes 23 de septiembre, a las 12:30 horas, en una mesa redonda que bajo el título “Paco y el Cante” estará integrada por los cantaores Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, Juan Peña El Lebrijano, La Tana y el propio Rafael de Utrera, actuando como moderador de la misma el flamencólogo y periodista palaciego Manuel Curao.
El cantaor, que lamenta su no comparecencia en los espectáculos de la Bienal, sí muestra su satisfacción por ser integrante de esta mesa redonda, por el homenajeado y por los artistas que le acompañarán: “Compartir estrado con dos maestros y leyendas vivas del cante como “Fosforito” y “Lebrijano”, a los que tanto respeto y admiro, junto a mi compañera “La Tana”, me llena de emoción y es un auténtico honor. Paco era un gran aficionado y gran conocedor del cante, hasta el punto de que él hubiera querido ser cantaor. Por eso, creo que desde la Gloria disfrutará de lo que sobre él hablen don Antonio y don Juan, y de lo que podamos aportar los tertulianos más jóvenes. Yo soy parco en palabras -prefiero expresarme cantando- pero confío en que el querer y la devoción hacia mi maestro y amigo Paco saquen lo mejor de mí”.
Para Rafael de Utrera “Paco de Lucía ha sido el emblema de la renovación y difusión de nuestro arte más universal, y ahora, sin Paco, el flamenco está huérfano”. Para concluir, una promesa que lleva dilatando en el tiempo: el próximo año habrá estreno discográfico. Que así sea.
Fuente: José Jiménez Loreto (foro flamenco “Utrera de...”)